25 noviembre
Nacer cada día
Bienvenidos, damas y caballeros, a la segunda entrega de "filosofía barata". Como siempre, viene a correlación de algo que oí hace tiempo, creo que en la radio. Fue algo como "todos los días, cuando nos levantamos, volvemos a nacer un poquito".
En este texto no hay nada que esconder, sorry.O quizá sí?
Creo que, aunque parezca absurdo, que tiene razón. Al menos en mí caso creo que es cierta. Todos los días me levanto, y, soñoliento me arrastro hasta el baño. Antes de ducharme me miro en el espejo. Quizá no es más que un ejercicio de vanidad, pero cada día veo una cosa diferente. Depende de como me sienta en ese momento, supongo. A veces me miro y no veo nada nuevo. Otras veces veo a un chico joven, de 20 años, que todavía tiene mucho por hacer. Me miro y a veces veo a un chaval, un crio, pero algo crecidito. Otros días veo a un ser que se arrastra por ahí. Veo muchas cosas en mí.
Evidentemente, cómo te ves en el espejo no es un suceso aleatorio, y no es independiente de los sucesos de días anteriores (markovianos de primer orden o no). Durante una temporada bastante larga, solía mirarme y me gustaba lo que veía. Creo que incluso me volví algo vanidoso durante aquellos días. Algunos amigos me convencieron de que no estaba mal y yo me lo creí. Esa época ya pasó. Ahora no veo nada del otro mundo en el espejo, aunque a veces me dan ganas de cantar "Shine on you crazy Diamond". De hecho hay cosas que pensaba que tenía y que han desaparecido de repente. Supongo que será muy subjetivo.
Bueno, cada día es algo nuevo, y hay algo uevo en tí cada día. Espero, sin embargo, mirarme al espejo y verme a mí mismo. Más o menos contento, pero yo. Y sentirme capaz de superar toda adversidad.
Ya está bien de hablar de mí. Qué empalagoso y que vergonzoso.
Os lo recomiendo. Quizás os descubraís. Paraos a pensar quienes sois de vez de cuando.
Nos vemos, a través del espejo.
Carlos
No hay comentarios:
Publicar un comentario