martes, 28 de mayo de 2013

Warhammer Apocalypse




Si el artículo anterior os parecío largo, preparaos...


Lo dejo. Bueno en realidad ya lo había dejado, simplemente no lo había querido aceptar. Dejo el Warhammer. Conservaré las miniaturas, eso seguro. Supongo que terminaré de montar el vehículo que está a medias y quizá (improbable cuanto menos) coloree alguna mini más. Puede que llegue a echar alguna partida  (aunque lo dudo mucho), pero no seré yo el que la proponga. Lo que seguro que no haré será gastar ni un euro más ni seguir al día en cuanto a reglas y novedades.

Simplemente no puedo seguir el ritmo. Demasiadas actualizaciones, demasiadas reglas nuevas, demasiadas reglas viejas que nunca usaré. Demasiado tiempo para echar una partida, demasiado esfuerzo.




Es muy duro decir "esto no lo haré más". Sé que soy un catastrofista, pero me parece que en este caso simplemente estoy siendo realista. La última partida que eché fue hace como un año, la anterior hará otro año más. La gente con la que jugaba lo ha ido dejando y no me apetece tirar de ellos, principalmente porque creo que tienen buenas razones.


Es triste pensar en todo el esfuerzo dedicado a ello. A estudiar reglas y a colorear. A hacer listas de ejército. El dinero invertido.  Pero no diré que ha sido en balde. Me lo he pasado bien con ello. No sólo en las partidas en sí, en todo lo que lleva alrededor. Montar minis, pegar minis, pintar (colorear) minis. Poco a poco construir una colección, un ejército. O varios. Entusiasmarse por las novedades. Ahorrar para comprarse esa mini que te encanta aunque no te haga falta. Pensar en casa (y en el metro, y en la uni, y en el curro) sobre qué ejércitos hacerse. Discutir sobre que unidades son "broken". Echarse una partida de una tarde o un día entero. Momentos épicos, como el último casta del fuego aguantando solo varios turnos. Un líder necrón que resucitó tres veces. Un asesino Callidus muerto por un dron de defensa.


¿Por qué?

Fácil. No me merece la pena. Hay muchos motivos.

Espacio y Tiempo 

El Warhammer necesita mucha dedicación. Por supuesto, también requiere una inversión inicial fuerte en tiempo y dinero hasta que tienes un ejército, pero eso lo debería tener más o menos cubierto. También necesitas mucho espacio (una mesa de 90x120 mínimo, mejor 180x120), sitio para guardar todas las minis y escenografía (que hay que construir y guardar).


No hacen falta tanto, pero casi.


Creo que para jugar sin perder mucho tiempo tienes que jugar muy a menudo. Yo diría que más o menos una vez al mes. Para mí es lo mínimo que se necesita para familiarizarse con las reglas lo suficiente como para que no te pases casi toda la partida mirando reglas. Para ello tienes que jugar mucho y sé que eso no va a ocurrir.


La documentación que necesitar saber para jugar

Las partidas son largas, a menos que pongas un límite de tiempo. No es raro tardar 3 ó 4 horas en echar una partida. Pero de ese tiempo estás jugando menos de la mitad. Primero hay que desplegar, que consiste en sacar tus minis de su embalaje y situarlas en el tablero. No es algo que puedas hacer rápido y a la ligera, porque un mal despliegue te cuesta la partida siempre. Además de eso, durante el turno del oponente, esto es, durante la mitad de la partida, no puedes hacer nada interesante. Sólo dar vueltas a la mesa, viendo como destruyen tu ejército. Puede parecer una tontería, pero dar vueltas a la mesa nervioso mientras juega el otro cansa bastante.




Además de la partida en sí, a la que por lo menos le tienes que dedicar una tarde, también tienes que dedicarle mucho tiempo a la preparación. Primero tienes que familiarizarte con el reglamento, que es de un grosor importante. Luego tienes que conocer tu libro de ejército, para poder hacer tu lista de ejército. Cuando ya tienes la lista, tienes que empaquetar tus miniaturas para llevarlas a donde sea que vas a jugar. Puede parecer fácil, pero con las minis grandes y/o de metal es peliagudo. Sabes que alguna se va a romper. Una vez terminas la partida tienes que volver a empaquetar, con menos tiempo y menos ganas. Si a la ida se rompió una, a la vuelta se romperán tres.

Mis minis preparadas para el transporte.

Todo este proceso requiere mucho tiempo. Estoy seguro de que para el que juega muy a menudo no es tan costoso, pero para los que juegan muy de vez en cuando implica que hay que empezar a preparar una partida con una semana de antelación y eso cada vez es más difícil. Por supuesto, también necesitas a alguien que esté dispuesto a hacer ese mismo esfuerzo.

Cuando ya estás en casa otra vez, te das cuenta de que has perdido por una tontería, pero para corregir ese error te hace falta otra semana de preparación y no apetece. Así que la próxima vez cometerás el mismo error. O a lo mejor has ganado, pero parece que el esfuerzo no ha valido la pena. Casi todo el tiempo se ha usado en leer reglas, y eso no es divertido. En general queda un sentimiento de frustración y de cansancio, de no querer oír hablar de Warhammer en un mes.


Frustración

El Warhammer es un juego muy dado a provocar frustración. Principalmente porque es algo a lo que se le ha dedicado mucho tiempo. Si después de estar preparando una partida una semana, pierdes en el primer turno, te entra furia asesina. 



Además Warhammer tiene mucho azar. Muchas veces fallas esa tirada crítica que parece que te hace perder la partida. Es cierto que la experiencia debería hacerte evitar situaciones tan peligrosas, pero es justo experiencia lo que no tengo y sólo se consigue jugando mucho.

En casi todas las partidas que he perdido (y han sido mayoría) he salido frustrado. Casi siempre por tener la sensación de que por un error muy tonto había tirado la partida, normalmente desplegar mal. También ha pasado que después de haber ganado haya salido frustrado por haber ganado muy fácilmente, quizá por un error de mi oponente, quizá por culpa de los dados, quizá porque parecía que los ejércitos estaban descompensados.

Si a eso le sumamos que las reglas no siempre están bien definidas, al final se acaba discutiendo. Tengo la sensación de que en la mayoría de las partidas ha salido alguien enfadado. Yo, que soy un hombre tranquilo, me he enfadado mucho jugando al Warhammer.

La rueda que gira sin fin






Por último, también es muy frustrante la sensación de que Warhammer es una rueda que nunca para. La sensación de que si no le dedicas tiempo a las novedades, el sistema te acaba echando. En realidad es algo inherente a Warhammer. Es su estrategia y si la mantienen es porque les va bien.

El caso es que Warhammer siempre cambia. Creo que el juego es un sistema que llaman "perfectamente desequilibrado". En este sistema siempre habrá un ejército con ventaja. Entonces, el siguiente ejército que salga estará diseñado para batir al anterior ejército. Después saldrá otro para batir a este último y así siempre. Además estos cambios son cada tres o cuatro meses. Por lo tanto siempre está desequilibrado. Si tienes mala suerte, tu ejército puede tener desventajas durante años. Por supuesto, la gente que sabe jugar puede sacar petróleo de cualquier ejército, pero, una vez más, para eso hay que jugar mucho.

Además están los cambios de edición. Puede parecer que Magic cambia mucho, pero el Warhammer cambia mucho más. Cada tres o cuatro años cambian todas las reglas con una nueva edición. Lo básico no cambia, pero son los miles de detalles los que sí lo hacen.

Al final te queda la sensación de que están jugando contigo. De que sacan cosas nuevas para que siempre tengas que estar comprando cosas nuevas. Por ejemplo, las minis cada vez cuestan menos puntos, por lo que siempre necesitas más para jugar.

Lo que nos lleva a que el Warhammer no es muy barato. Tampoco es que sea carísimo, pero es caro. Además los precios no hacen más que subir y subir y eso no ayuda. Tienes la sensación de que se aprovechan de que eres un friky, de que a la Workshop le da igual lo que pienses. Si la gente se queja de los precios ellos responden que Warhammer es un lujo. Pues que les aproveche. Por lo que te cuesta una unidad cara de Warhammer tienes un juego de mesa grande, que tiene mucha más vida.

Condes Vampiro

Para jugar una tarde hay otros juegos mejores

 Me gusta jugar. Mucho. Pero el Warhammer no renta. Es mucho más cómodo abrir una caja, jugar con lo que viene dentro durante un par de horas o tres, y luego seguir con tu vida normal.  Además creo que el juego no es tan bueno. Lo mejor del Warhammer son las minis y la ambientación. Las reglas son demasiado largas, demasiado confusas, demasiado abiertas a interpretación, demasiado complicadas.  Tal vez si tienes mucha soltura no sea tanto problema, pero para jugar de vez en cuando es demasiado complejo. Lo dice alguien a quien nunca le ha molestado aprender reglas.

Los juegos modernos pueden ser mucho más divertidos, más intensos e igualados con muchas menos reglas. También puedes jugar con más variedad de gente.



Es divertido tener tu ejército. Es divertido batallar con tus minis que has pintado tú. Pero no es tan divertido. La verdad es que la mayor parte del tiempo acaba siendo un rollo. Hay muchos otros juegos a los que cuesta mucho menos jugar y pueden ser mucho más divertidos.

 

Warhammer es un Hobby, no es un juego

El problema es que el Warhammer no es un juego, es un hobby. Uno no "deja" un juego. Lo vende, o decide que no le gusta y no lo va a jugar más, pero uno no deja el Agrícola o el Carcassone.

Warhammer tiene  dos caras como hobby. Por un lado está la parte de pintar (o colorear) y por otro lado la de jugar. Pero ambas son un hobby. La de pintar está claro, pero la de jugar también lo es. Porque no es sólo jugar y ya está. Hay mucho más. Hay que prepararlo con mucho tiempo, tener las minis preparadas. Probablemente dedicar mucho tiempo a pensar la lista de ejército, intentar esbozar tácticas o estrategias e incluso estudiar estrategias de otros.

Pure art, by volomir
Por eso como juego no vale la pena. Porque no es sólo un juego, requiere mucho más esfuerzo. Si sólo estás dispuesto a dedicarle el tiempo que dura una partida, mejor cómprate un juego que lo sustituya.

¿No sé podría salvar?


Usando el sistema de echar dos partidas rápidas una tarde, se alivia un poco el efecto de que un error te eche abajo toda la partida y que en la segunda partida hay menos cosas que leer. También se podría prohibir leer los libros durante la partida y que cada uno sólo pudiera llevar los atributos y habilidades puestos en la lista de ejército pero no parece muy factible.

También estoy bastante seguro de que si juegas mucho, el tema de estudiarte las reglas y los libros antes y durante las partidas se reduce mucho, aunque sigue quedando el rollo de trasladar las miniaturas.

Quizá hubiera una forma de salvarlo. Tal vez si elijo un set de reglas y no actualizo nunca más los libros de ejército. Me gusta la filtrada, porque es distinta, por las misiones y por el sistema multijugador. Además no es de nadie. Lo malo es que puede que tenga algún problema fatal que la haga injugable o muy desequilibrada. Otro problema es que puede que no tenga todas las reglas para los Codex nuevos, pero siempre se puede hacer reglas de la casa.

De todas formas, eso no solucionaría la raíz del problema, que es el tremendo esfuerzo que hay que hacer si juegas sólo de vez en cuando. 



Imagen Gratuita


¿Por qué ahora?

Si he jugado tanto tiempo, no debía ser tan malo, ¿no? No, claro que no. Si fuese tan horrible lo habría dejado antes y nadie jugaría. El problema, supongo, es que han cambiado las prioridades.

Cada vez hay menos tiempo y hace falta sacar mucho tiempo para jugar. Simplemente nos hicimos mayores: tienes mucha más libertad, pero también tienes muchas más obligaciones. Al final no tienes mucho más tiempo y el que tienes quieres aprovecharlo más. Ya no hay tardes perdidas sin nada mejor que hacer que estudiarse el libro de ejército. Por supuesto, no puedes dedicarle todas las tardes de una semana a preparar una partida y casi un día entero a echarla.

Pero para mí no fue el empezar a ser mayor lo que lo remató. Le dejó herido de muerte, pero seguía estando allí. Fue por exceso de entusiasmo.

Hace cosa de un año, supongo que después de una partida especialmente lenta, me puse a hacer un resumen de las reglas, algo fácil que pudiera ser consultado en el móvil y en lo que se pudiese buscar. Algo que hiciese las partidas más rápidas. Lo hice y, aunque me costó bastante, me quedó más o menos bien. Pero algo iba a pasar. Antes de que lo pudiera usar apareció en internet el supuesto borrador de la siguiente edición.

En cuanto pude me hice con él y me sorprendió bastante lo que vi. Mis amigos dicen que soy raro porque me gusta leer reglas. Es verdad que me gusta leer reglas e imaginarme cómo se juega. Es simplemente porque me gusta mucho la novedad en los juegos (new is always better), no porque me gusten las reglas per se ni nada por el estilo.






Dicho esto, me gustó lo que ví. En esta versión filtrada las reglas estaban mucho más claras y tenía un sistema de acciones que lo hacía todo más estructurado. Aunque era un poco más difícil de leer, lo hacía todo más exacto. Además tenía algunas ideas interesantes, como cambiar la fase de asalto por la de disparo, lo que por lo visto hacía el juego más rápido. Otra cosa que me encantó era lo bien que parecía que estaban resueltas las partidas multijugador. También reducía un poco el azar (un poco) haciendo, por ejemplo, que sólo hubiese un tipo de misión. Parecía que equilibraba un poco las cosas.

Emocionado por algo nuevo, me puse a repetir lo que había hecho para 5ª edición con esta versión filtrada, convencido de que iba a ser el futuro. Le dediqué mucho esfuerzo y aunque quizá me quedó un poco peor y más largo que el anterior, lo terminé. Estuve algún tiempo intentando organizar una partida, pero antes de que lo consiguiera todo cambió. Otra vez.

Salio 6ª edición. La oficial, la de verdad. Empecé a leer opiniones sobre las reglas nuevas y no tenían nada que ver con la edición filtrada. Los cambios que me gustaban habían desaparecido. Había mucho más azar. ¿Objetivos que o te dan bonus o explotan dependiendo de un dado? Muy justo.

Por lo visto, el sistema nuevo no buscaba más equilibrio, si no todo lo contrario. Buscaba mejores historias, que una tirada de dados pudiera cambiar la partida.

I hate you


No me gustaba lo que oía, no me emocionaba lo que leía, pero, sobre todo, no me apetecía nada volver a leerme un reglamento entero, mucho menos intentar hacer un resumen. Así que lo dejé, ni siquiera le eché un ojo.

El día que realmente me dí cuenta fue el último fin de semana que estuve de rodríguez. Era la oportunidad perfecta para intentar echar un Warhammer. Pero no le apetecía a nadie, ni siquiera a mí. No me apetecía elegir una edición de reglas, estudiarla, coger el libro de ejército, estudiarlo, buscar las minis, ver cuáles estaban rotas, pegarlas, hacer una lista de ejército, meter las elegidas en alguna caja procurando que no se rompieran, buscar escenografía, un sitio donde jugar, una mesa, después un ratillo de tirar dados y leer reglas, para después recoger las minis y no querer volver a oir hablar de ello en un mes.

Además la semana siguiente salieron los nuevos Demonios del Caos. Las minis no me llamaban, y ni siquiera quería saber cómo funcionaba. ¿Cómo puede haber otra edición de Demonios  ya? ¡Pero si salieron anteayer! Se acabó, que le den.

Mejor echamos un Agrícola o un Cosmic Encounter. O si tienes mucho mono, un Cruzada Estelar o un Heroquest o un Descent. Y si tienes mucho mucho mono, pues te puedes comprar el Chaos in the Old World, que por lo visto es buen juego.

Aunque no es tan fácil jugar al Cruzada Estelar, o al Heroquest o al Descent. Pero eso es una historia para otra ocasión.

Old School!

Farewell


En realidad, lo que yo quería escribir era cómo me sentía al haber decidido que iba a dejar de hacer algo que ha sido parte de mí muchos años. De cómo me sentía al decidir que se acabó el decir "a lo mejor mañana". De cómo había decidido que no me iba a gastar un euro más en minis que luego no iba a usar. De decir esto en lo que he invertido tanto, lo dejo. Lo dejo porque me he hecho mayor, lo dejo porque no tengo tiempo, ni tengo ganas. Lo dejo porque a veces hay que elegir.


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Han pasado tres o cuatro meses desde el último párrafo. Me volvió el mono del Warhammer y muy fuerte. Me leí las reglas de sexta edición. Incluso saqué notas. Había cosas interesantes, había cosas que no me gustaban. Incluse tomé notas sobre cuáles me gustaban y cuáles no. Pero poco a poco el mono empezó a desaparecer. Ya no queda nada. Los planes para salvar el Warhammer volvían a parecer descabellados. Entonces llega otro cambio más. Nuevos Tau. Minis nuevas, algunas minis chulas. Reglas nuevas, algunas interesantes, otras no. Pero reglas nuevas, reglas para la nueva edición. No puedo seguir el ritmo. Es difícil aceptar que hay cosas que ya no sucederán. Quizá vuelva a jugar, quizá en quinta, quizá en filtrada, con los códex que tenemos ahora.  Tal vez cambiando alguna regla. Quizá. Algún día.


Again, and again the post of every year

 Aunque el blog esté cuasi abandonado, creo que merece la pena hacer el post de todos los años. Al menos uno, que luego siempre es interesan...