28 julio 2007
No es justo
No es justo.
"Y mucho menos con toda la gente mala que hay en el mundo."
El agente Cooper se volvió de espaldas. No podía seguir mirando. Sentía que las lágrimas le afloraban en los ojos y eso no se podía permitir en un agente del cuerpo de policía.
No era el primer cuerpo que veía, pero esta vez fue un poco diferente. Le había tocado marcar la silueta con tiza. Cuando entró en el cuerpo pensó que eso ya no se hacía, pero había casos en los que era necesario. No podía dejar de pensar en la cara, en el pelo esparcido por el suelo y enmarañado por la sangre que empezaba a endurecerse. Y sobre todo, no podía olvidar el tacto frío de sus dedos muertos. Unos dedos que pertenecían a un cuerpo que debería estar lleno de vida.
Tess se dirigía al suburbano después de un día de duro trabajo en la universidad. Bueno, no había sido tan duro. Un poco largo tal vez, llevaba allí desde las nueve, y ya eran más de las seis. Pero las cosas parecen ser más llevaderas cuando uno está rodeado de amigos, de gente que te distrae y te apoya. Aunque muchas veces es un poco contraproducente ir a clase en grupo. Además hoy Tess estaba de buen humor. Ya se acercaba el verano, y los días eran más largos, un poco cada día. La primavera estaba en pleno apogeo y parecía que el sol brillaba más y los pajarillos cantaban mejor.
"No es justo"
- Coop, mira esto. ¿Coop?... ¿Te pasa algo?
- No señor, estoy perfectamente.
- Tranquilo hijo, te comprendo. No te voy a decir te acostumbrarás, porque a estas cosas uno no se acostumbra nunca. Simplemente unos días te afectan más.
- Gracias señor, pero estoy perfectamente.
- Por supuesto que lo estás. ¿Sabes Coop? Yo tenía una hija. Murió cuando tenía su edad...
- Lo lamento mucho sir.
- Lo lamento mucho sir.
- Tranquilo hijo. Solo estaba recordando... No me hubiese gustado que acabase así.
- Lo siento sir... yo...
- ¿Acabas de tener una hija, verdad agente? Supongo que por eso te habrá impresionado más.
- No es justo sir...
- Por supuesto que no. La vida nunca fue justa...
Tess estaba especialmente contenta hoy. Iba de camino hacia el metro con dos amigas, pero prácticamente ni las escuchaba. Su cabeza estaba en otra parte, tal vez en varias a la vez. Acababa de pasar una mala racha. Hace poco había salido de una relación que la había dejado muy apagada. Pero ahora, unos meses después sentía que la vida le sonreía una vez más. Tenía un montón de planes y proyectos para hacer y se sentía capaz de comerse el mundo.
- Bueno chicas, aqui nos separamos como todos los... ¿Tess?
- Uy, a esta le pasa algo
- ¡Se habrá enamorado!
- ¡Seguro!
- Chicas, que ya no estamos en el instituto, se supone que somos adultas.
- Sí, sí, claro.
- ¿Y quién es él?
- ¡James! ¿A que sí?
- ¡Jajaja! ¿James? Ya quisiera él. De verdad que no es nada de eso.
- Vale, vale te creemos de momento.
- Pero queremos ser los primeros en enterarnos, ¿vale?
- Que síiiii, pesadas.
- Bueno, ¡hasta mañana!
- ¡Hasta lueguito!
- ¡Ciao!
El agente Cooper revisaba las pertenencias de la víctima. Se detuvo mientras miraba su carné de conducir. No era una chica especialmente guapa, de esas que hace que la gente se gire cuando entra en un bar, pero radiaba vida y tenía esa beleza característica de las chicas jóvenes, que flota en torno a ellas como un aura brillante y hace que la gente se quede mirando con una mezcla de gozo y envidia. Es una cualidad muy especial que muchas se empeñan en esconder tras capas de pintura y caras chucherías y adornos.
No es justo.
Entró en el metro. Normalmente le ponía de mal humor. Toda esa gente, ese olor de sudor cuando los desodorantes abandonaron a sus dueños hace horas y esas caras de gente cansada que ya lo único que querían era llegar a casa y dormir era más bien deprimente. Mas hoy nada podría con el buen humor de nuestra chica.
Busco en el teléfono "home" y marcó en su teléfono. No sabía si prefería que ocntestasen o no. En ese momento no se encontraba con presencia de ánimo suficiente para hacer la llamada. Comunicaba. No es justo.
Ya se acercaba a la última parada. Tess tenía ganas de llegar a casa y apuntar algunas de las cosas que quería hacer sin falta. Aunque sabía que no terminaría todo lo que se propusiese, al menos lo tendría escrito y así recordaría todas las cosas que le quedaban por hacer.
- Uy sí como te lo digo. No te lo vas a creer pero así fue. Sí, sí exacto. ¿No te lo dije? ¿A que es increíble? Si ya decía yo que... Uy, un segundo que llaman a la puerta. Debe ser mi niña que como es muy despistada se ha dejado las llaves. ¡Jajaja! Exacto. Hola cariñ.. ¿Quién es usted? ¿Policía?
El agente Cooper estaba delante de la puerta.
- Señora, tengo una mala noticia que darle.
El teléfono se estrelló contra el suelo.
No es justo.
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NB: Perdón a los que pensaban que esto era algo nuevo
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