domingo, 17 de febrero de 2008

La ley del mínimo esfuerzo

24 octubre

La ley del mínimo esfuerzo

Estamos muy acostumbrados a tenerlo todo. Sí, seguramente habrá cosas que queramos tener, porque no las tengamos, pero nada realmente importante nos falta. Nuestras necesidades básicas están holgadamente cubiertas, en la sociedad media todos tenemos comida, una casa, ropa, y muchas cosas más, ordenadores, televisión, internet de banda ancha, reproductores de música y una lista que tiende hasta el infinito. Mucho de lo que tenemos lo hemos obtenido sin esfuerzo, sin ganarlo, así que se nos olvida lo que cuestan de verdad las cosas. Tendemos a olvidar que obtener lo que queremos conlleva un coste, lo normal sería que al menos nos conllevase un esfuerzo.
Hemos olvidado el valor de las cosas. Y más importante, hemos olvidado qué es lo que queremos. Pensamos que tenemos derecho a todo, que podemos conseguirlo todo a cambio de nada. Sólo pensamos en que tenemos derechos, y somos rápidos a la hora de recordarlos, pero nunca nos acordamos de nuestras obligaciones. Sólo sabemos pedir. Y todo lo queremos gratis.
Ya nadie se esfuerza. Lo queremos todo, pero sin trabajo, es la ley del mínimo esfuerzo. Cierto es que no debemos dejarnos la vida en trabajar, pero debemos saber que queremos, y que haremos para conseguirlo. A nuestra generación se le ha dado todo, y a la que viene se le ha dado más, así que ya no valoramos lo que tenemos.
¿Qué hemos hecho nosotros para merecer esto?
Nada ciertamente. Pero no nos sintamos culpables por ello. Aprendamos quienes somos y reconozcamos la suerte que tenemos. Seamos agradecidos. ¿A quién se lo agradecemos? Tal vez a nuestros ancestros que nos han dejado todo tan fácil. A cambio deberíamos intentar mejorar las cosas. Y pongámonos a trabajar, porque a partir de ahora las cosas no son gratis. Los atajos y los chollos no existen, simplemente parecen más bonitos, más rápidos, pero en el fondo hay trampa. Nunca perdamos de vista el objetivo. Hay que saber lo que se quiere. Lo que se quiere de verdad. Curremos por ello. Y divirtámonos si podemos, mientras tanto.
"Nothing is free. Not even vengeance"
PD.- Fijaos en mí. No sé muy bien que pretendo conseguir con este par de párrafos, pero con tan poco trabajo dudo mucho que llegue a ninguna parte.

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