No soy nada fan de Halloween. Pero ya no me opongo. Vayamos, como siempre, por partes.
A mi no me gusta nada el miedo ni las pelis de terror, básicamente porque me dan miedo. Creo que esa es la gracia. Durante una época vi unas cuantas pelis de terror porque a mis amigos les gustaban, pero a mi no. Recuerdo que una vez, a la salida, me preguntaron si me había gustado. Yo contesté que me había dado miedo, a lo que me respondieron que entonces me había gustado. ¡No! ¡No me gusta pasar miedo! Pero supongo que por algo va la gente, para reírse de muertes absurdas y para pasar miedo, porque les gusta. Masoquismos inexplicables aparte tampoco he sido nunca muy fan de la iconografía y monstruos clásicos. Vampiros, momias, hombres lobo, etcétera. Y no me gustan nada los zombis. Así que por este lado no me pillan.
Por otro lado no me gusta nada disfrazarme. La última vez creo que fue en una actuación del colegio y fuera de él apenas me he disfrazado. De hecho ahora mismo no recuerdo ninguna vez. Tampoco soy amigo de fiestas ni de pedir cosas a desconocidos, así que otro lado por el que no me pillan.
Hablando del colegio, cuando yo tenía edad para ir a él, mi contacto con Halloween era la peli de Pesadilla antes de Navidad, que me gustaba bastante. De hecho me sabía bastantes trozos de memoria. Pero nada más. Y la celebración de Halloween consistía en tirarle huevos al autobús. Tampoco me pillan por ahí. De hecho, parte de esa tradición se mantiene. El día 1 es fácil encontrarse las aceras llenas de cáscara de huevo y un año tuve que limpiar un huevazo en un cristal.
Así que claramente Halloween no es para mí. ¿Pero me molesta? No. Ya no. Antes defendía un poco la idea de que era una cosa extranjera que no teníamos por qué celebrar. Mucha gente (dependiendo de su zona) defendían que la fiesta de disfraces era el carnaval y no esa americanada que nos venía impuesta. Ciertamente es algo que las multinacionales impulsan porque vende. Pero si ha cuajado, si la gente lo hace, es porque les resulta divertido. Y eso lo puedo entender. Para la gente que le guste disfrazarse, el miedo o la fiesta, Halloween es muy atractivo. Sobre todo en los sitios donde la tradición del carnaval no está muy arraigada.
Pues eso es todo. Al que le guste Halloween que lo celebre. Al que no, no. Y ya está.
Pero por favor, no tiréis huevos.
¡¿Pero es que nadie piensa en los huevos?!
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