domingo, 11 de octubre de 2020

La biblioteca universal más pequeña del mundo (1): La Ilíada


Desde que tengo más obligaciones leo muy, muy poco, así que hace unos años me propuse leer clásicos de la literatura, simplemente por culturizarme un poco y por leer más cosas aparte de fantasía y ciencia ficción. Lo primero era saber por dónde empezar, así que, parafraseando a Faemino y Cansado, lo mejor era empezar por el principio.

¿Cuál es el principio? Había varias opciones, pero una parecía muy clara, lo mejor sería empezar por una de las obras fundacionales de la literatura occidental, la Ilíada. Nunca estudié Cultura Clásica y me quedé con las ganas, así que era una buena forma de bucear en algo que siempre me ha interesado.


Tarde mucho más de lo que quiero reconocer en terminarla, pero lo conseguí. Antes de nada, decir que, lo mismo es una manía mía, pero me pone nervioso la gente que tiene la osadía (toma palabro) de criticar este tipo de literatura en Amazon, como si fuera el Best Seller del momento. "Un rollo, se repite todo el tiempo y al final no pasa nada, 1 estrella". Tampoco me voy a poner estupendo como si yo entendiese bien este tipo de obra.

   Pero hemos venido a jugar. Aquí hay que fiarse de haber encontrado una (o varias) traducción decente. Lo primero decir que me sorprendió entender de qué va el libro. No es sobre la guerra completa de Troya con su caballo y demás, el resumen podría ser "Aquiles, en medio de la guerra de Troya, se cabrea". En realidad es eso, un episodio de la guerra de Troya. Una vez dejada patente mi incultura, sigamos cavándonos nuestra propia tumba cultural. 

El libro no es una lectura fácil y reconozco que el capítulo del listado de barcos me lo leí totalmente en diagonal. Pero hay algo en la obra que lo hace universal. Quizá es esa dicotomía entre la gloria y la futilidad de la guerra, cómo retrata los combates y la muerte, todos buscan la gloria y combaten porque es lo que deben hacer, pero muchos perecen por nada. Las vidas humanas no son más que hojas barridas al capricho de los dioses (cursi-metáfora, +10 putos). Y eso es otro tema que capta mi atención, cómo parece que no hay forma de que los mortales puedan escapar de esos dioses veleidosos, que parece que se ofenden por una cosa y la contraria, y contentar a un dios hace que ofendas a otro. Por muchos bueyes y ovejas que sacrifiques parece que no hay forma de aplacarlos si han decidido que les has ofendido, pero ay de tí como no les hagas "hecatombes de pingües bueyes" cada cinco minutos.

   Un detalle que me llamó mucho la atención es que en la obra hay cierta nostalgia por los tiempos pasados en los que discurre la obra, cuando habla de lanzas que aquellos hombres manejaban de a dos pero nadie hay ya que pudiera levantar una sola de ellas. A veces es fácil olvidarse de lo antigua que es la historia (y la prehistoria) humana. Los comienzos de la edad de bronce están casi tan lejos de Homero como él lo está de nosotros. También es interesante la descripción minuciosa que hace de los combates, dejando entrever una forma de milicia distinta a la que conocemos.

   Concluyendo, me leí la Ilíada. ¿Eso me hace ser mejor? No, lejos de mi intención ser así de esnob. Pero siento que he aprendido y me sigue gustando la cultura clásica (no como las anchoas), aunque sea  muy lego en la materia. Y además ahora sé qué significa "los aqueos de hermosas grebas".

  El siguiente paso en este sprint por la literatura occidental estaba claro, la demostración de que a la gente siempre le han gustado las secuelas: "la Odisea".

1 comentario:

  1. Estás a tope! Ánimo a ver si llegas al mes completo de entradas en el blog!!

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