lunes, 12 de octubre de 2020

La biblioteca universal más pequeña del mundo (2): La Odisea


Ahora toca la secuela de la Ilíada, la Odisea. Aunque comparten muchas características, son obras un tanto diferente. Por cierto, reiterar que yo no soy ningún experto ni soy tan poco humilde como para considerar que puedo criticar algo así, pero me parecía que podía compartir mis impresiones y, bueno, digamos que necesito contenido para el blog.

Como decía, la obra es distinta a la Ilíada. Aquella obra es sobre un breve episodio de la guerra de Troya, es decir, que no es la historia completa, mientras que esta es una obra un poco más habitual en la que se cuenta algo completo, el viaje de Ulises de vuelta a casa. Incluso hay otra línea argumental paralela que son los viajes de Telémaco (aunque algunos expertos dudan de la autoría de estos pasajes).



 Más allá de la estructura, creo que se nota otra diferencia fundamental en el tono. La Ilíada habla de una guerra y lo hace como un narrador totalmente omnisciente, nos muestra lo cruel que puede ser la muertede una forma casi fría y nos habla de igual manera sobre personajes de ambos bandos. Algunos personajes son más piadosos y otros menos. La Odisea sigue a nuestro héroe, Odiseo (aka Ulises) y en la historia hay unos malos claros que son los pretendientes. En general los compañeros de Odiseo caen como moscas, pero se nota que son menos importantes.

Un tema que sí comparten es el de que los hombres son juguetes en manos de los dioses. Aquí, como en la Ilíada, es curioso ver una sociedad que se rige por unos valores totalmente distintos a los nuestros (que son derivados de los valores cristianos) y que muchas veces parecen contradecirse entre sí. Diría que con los dioses griegos uno nunca sabe cómo acertar. Por ejemplo, el valor del arrepentimiento es nulo. Uno de los pretendientes se arrepiente, pero no sirve de nada. Tampoco es fácil de entender por qué esos tipos se pasan 10 años gastado de la despensa de Odiseo y, aunque claramente no es algo bueno (Odiseo les dará su merecido), es algo que no es absurdo. Por cierto, si después de 10 años de saqueos y festines constantes la hacienda del rey de Ítaca (Odiseo) sigue aguantando es que debía ser el tipo más rico no ya de Grecia Micénica, sino de toda la edad de bronce.

Concluyendo, estoy contento de haber podido también con este texto, aunque creo que la Ilíada me ha resultado más especial, por su tratamiento de la fatalidad de la vida.

Por cierto, ya sé qué es éste bicho:
Karibdyss

Porque la influencia de estos textos es mayor de lo que te puedes pensar.

El siguiente paso en este recorrido mega exprés por la literatura es un salto de por lo menos 6 siglos, otra especie de secuela de la Ilíada: la Eneida, de Virgilio.

1 comentario:

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