Richard P. Feynmann, premio Nobel de física, parte del proyecto Manhattan, es obvio que fue un gran físico. Pero también fue una persona con una gran personalidad, no dejaba nunca de expresar su opinión ni de embarcarse en aventuras disparatadas. Tenía otra caracteríastica reseñable y era que cuando decidía hacer algo lo hacía, y le dedicaba todo el esfuerzo que podía. Si se proponía tocar los bongos, aprendía, e incluso llegaba a formar parte de una compañía. Si aprendía a pintar montaba una exposición. Si quería aprender portugués se iba a Brasil. Todo ello con mayor o menor éxito, aunque normalmente acababa sus proyectos y no salían mal.
Tengo un amigo que tiene esa misma cualidad. Cuando se propone algo lo hace, y le dedica el esfuerzo que se merece y es constante, y lo hace bien. Si decide jugar a un juego de cartas, se presenta a torneos (y gana algunos). Si decide aprender a pintar miniaturas, lo hace y lo hace muy bien, hasta llegar a niveles muy altos, a nivel mundial, ganar trofeos y de todo.
Yo en cambio... soy de lo más inconstante que conozco. Suelo empezar con ganas, pero poco a poco se pasan y olvido lo que me había propuesto. Suelo dejar las cosas a medias y nunca he destacado en nada de lo que he hecho, aunque tampoco es que me haya esforzado sobremanera en conseguirlo. Nunca he tenido grandes aspiraciones, pero, por ejemplo, me gusta escribir. Pero no lo hago mucho, ni intento mejorar. Simplemente suelto lo que se me pasa por la cabeza y luego me olvido. También podría haber intentado hacer cortos, como aquello del cáliz que salió una vez, pero años después sólo tenemos pequeñas partes de cortos olvidados.
Debería haberme esforzado en cosas más relacionadas con mi profesión. Podría haber intentado programar mejor, ampliar los lenguajes que conozco, estar al dia de las novedades del mundillo, ya que parece que es algo que se me da relativamente bien. Pero tampoco lo hago. No sigo las evoluciones de la tecnología, no intento atender a mi campo. Mi hermano conoce las noticias del mundo de la física, las sigue dia a dia. Yo en cambio me desentiendo. Me olvido de ello, porque, al fin y al cabo, es trabajo, y el trabajo no es divertido.
¿A que le dedico mi tiempo y mi esfuerzo, entonces? A pocas cosas. ¿Muñecos? Sí, pero poco. Los pinto, pero no los termino. Y tampoco pinto bien. No me esfuerzo en mejorar. ¿Música? Sí, pero suele ser siempre las mismas cosas, excepto alguna cosa que me pasa un amigo. No me esfuerzo en buscar más música, en buscar discos que no conozca de la gente que me gusta, o en buscar gente que no conozca, aunque sean antiguos. Ni tampoco he empezado a adentrarme en otros géneros, como jazz o clásica. ¿Libros? Tampoco intento buscar libros buenos de verdad, simplemente me leo lo que cae en mis manos, y con poco entusiasmo. ¿Comics? Que va, siempre los mismos, una y otra vez. ¿Videojuegos? Nada nuevo. De hecho casi no he jugado este año. ¿Magic? Sí. La verdad es que los Drafts es una buena idea y todo. Tampoco intento tener grandes barajas, ni mejorar, pero no me preocupa demasiado.
¿Quizá es que no paro en casa y estoy siempre de fiesta o de viaje? Que va. Es cierto que desde que tengo novia ya casi no paso tardes en mi casa sin hacer nada, pero no hemos viajado (aunque esto va a cambiar). Y con los amigos... Con los cercanos quedo mucho, pero a los demás no les cuido, no les llamo, no les escribo... y de mis primos y familiares puedo no saber nada en meses. Aunque supongo que es más o menos normal en los chicos ser despreocupado.
Debe ser por mi forma de ser, así despistado y tranquilón (con sangre de horchata, dicen algunos), pero debería esforzarme más en las cosas que hago. Ser más atento, más organizado. Por ejemplo debería empezar por leerme al menos una vez las entradas antes de publicarlas. O quizá estructurar un poco los cuentos y darles varias pasadas, en vez de soltarlos y publicarlos como he hecho siempre. Que el dadaísmo está bien para pequeñas entradas espontáneas, pero las faltas de ortografía y de cohesión no se pueden permitir.
So des.
Te ha salido una entrada al más puro estilo Carletes quejica ;)
ResponderEliminarNo hace mucho me planteé yo algo parecido a lo que hablas, y llegué a la conclusión de que hay cosas que tienen su momento, y si las dejas pasar, se quedan en el limbo para siempre.
ResponderEliminarPor eso, hay que intentar no dejar pasar esos trenes, porque el problema es que nunca sabemos si vendrá otro...
Jejeje, podría hablar largo y tendido sobre esto, pero lo voy a resumir contando lo que a mi me pasa.
ResponderEliminarEmpiezo muchas cosas. MUCHAS. Y las dejo a medias casi todas. ¿Será que es más importante hacer camino que llegar a algún sitio? No creo que sea así. ¿Entonces por qué no pongo mi esfuerzo y pasión en dar término, o incluso continuidad, a las decenas de proyectos que empiezo o ideo? No tengo respuesta.
Será también cosa de mi forma de ser, por lo que entiendo perfectamente (o eso creo) lo que expresas aquí. Puede que el hacer metódico o poner reglas a algo que sale de ti y que haces para disfrute en lugar de para sustento, hace que pierda gran parte de su atractivo. O tal vez sean otros los motivos. El caso es que este verano he intentado forzarme a terminar cosas en vez de empezar nuevas... y no ha funcionado.
¿Moraleja? Que me la digan, porque no soy capaz de extraerla.