lunes, 31 de octubre de 2022

Where are we going?

 De vuelta a la normalidad, de vuelta a la rutina. O eso tendría que haber dicho hace un mes dos meses que es cuando tenía que haber escrito esto.

He estado leyendo un libro que te hace plantearte muchas cosas que se dan por supuestas. El libro se llama "De animales a dioses" y cuando lo cogí pensaba que iba a ser un libro de historia que iba a hacer un recorrido por la historia de la humanidad a vista de pájaro. Pero no. Ni siquiera era un libro de historia. Es más bien una mezcla entre antropología y filosofía. 

Este libro quiere contar un poco cómo ha llegado el ser humano a ser el dueño de la creación y, sobre todo, quiere que te preguntes cómo seríamos si ciertas cosas hubieran ocurrido de forma levemente diferente. El libro plantea que la historia no es inevitable, que podría haber sucedido de otra forma. 

Un ejemplo de cómo te hace replantearte lo que das por supuesto es la situación de Europa. Lo damos por hecho, pero visto desde hace cinco o seis siglos atrás, es increíble que la pequeña Europa fuera capaz de conquistar medio planeta y de doblegar a potencias mucho mayores en personas y recursos como China o la India.

Pero que este ejemplo no os engañe, no es un libro de ucronías. Va más allá. Va a la raíz misma del ser humano. También te plantea porqué sobrevivió el Sapiens Sapiens sobre los neandertales y para explicarlo entra de lleno en nuestra capacidad de mantener constructos mentales, cosas que no existen en el mundo físico pero que para nosotros existen. Cosas como empresas, países, la amistad...

Este estudio lo va puntuando con hitos, que son para él las grandes revoluciones. Por ejemplo el lenguaje (inventado para cotillear),  la ya mencionada capacidad para crear entidades mentales, la agricultura, el dinero...

Y a la vez que va detallando la evolución (cultural, que no biológica) del ser humano se pregunta si han sido pasta bien. Algunos argumentos son un poco endebles, pero no le quita mérito a preguntarse si las supuestas mejoras que hemos experimentado lo han sido para los individuos o sólo para la propagación de la especie. ¿Seguro que somos más felices que los cazadores-recolectores? ¿Vamos a mejor? ¿Podremos parar la investigación genética? ¿Sobreviviremos a las siguientes décadas?

Esta última pregunta no nos la solemos hacer, damos por supuesto que sí, pero siguiendo las ideas del libro, que seamos lo que somos hoy se debe en gran parte a muchas casualidades, a eventos que podrían haberse desarrollado de cualquier manera. Son muchas las ocasiones en las que los  goznes de la historia podrían haber girado en otro sentido (expresión, por cierto, de la que no consigo encontrar el origen). Más que en batallas y guerras, probablemente en las diferentes alianzas y traiciones que se han ido sucediendo en la historia, y quizá también en la actitud de algunos gobernantes hacia ciertos hechos. ¿Y si China hubiera querido competir en la conquista de Ámerica?

El mundo en el que vivimos no es un reflejo imperfecto de un mundo ideal como el de Platón, no es inevitable, no es un río que hubiera de acabar en el mar de una forma u otra. Algunas decisiones, alianzas, batallas y, por qué no, casualidades, han modelado el mundo en el que vivimos de formas que no solemos pararnos a pensar. En el mapa político por supuesto, pero quizá también en el día a día. ¿Tendríamos ordenadores en el bolsillo sin la WWII o sin la carrera espacial? ¿Estaríamos aquí la mayoría de nosotros si a Alexander Fleming no se le hubiera puesto malo un experimento?

Un inciso con esto, antes de terminar. Una de las grandes evoluciones del ser humano, después quizá de la agricultura, ha sido el dinero. E igual que la ganadería benefició a la especie humana, permitiéndola hacerse dueña del planeta, pero sin preguntar nunca si era beneficiosa para los individuos, el dinero se "reproduce" como un virus, sin preguntarse nunca si es buena su expansión para su huésped (host). En el planeta que vivimos, regido por el dinero, cuando hay avances científicos, los hay porque  hay intereses económicos o políticos por detrás. No debemos preguntarnos si mereció la pena ir a la luna, si no se debería haber empleado ese dinero en otra cosa. Mejor es pensar que ya que había dos superpotencias empeñadas en demostrar su superioridad, que qué bien que pudiéramos sacar tajada de todo aquello.

 La conclusión que hay que sacar de todo esto es que el mundo en el que vivimos es un montón de consecuencias a un montón de decisiones y que las decisiones pasadas y futuras pueden hacer que el mundo que conocemos cambie o que desaparezca. Cosas que damos por sentadas, incluyendo comodidades, derechos, libertades y modos de vida no tienen porque ser eternos. El mundo no se mueve siempre a mejor y los seres humanos tienen poca memoria colectiva. Basta una o dos generaciones en blanco para que algo que es vital hoy día desaparezca. Así que valoremos lo que tenemos e intentemos hacer lo poco que esté en nuestra mano para conservarlo. Y sigamos leyendo mientras podamos.


P.D. No puedo dejar de comentar que otro libro que he leído tiene el modo de viajes en el tiempo más original y sencillo que he visto nunca: pensarlo muy fuerte. El libro se titula "Ahora y siempre" y en él se viaja en el tiempo simplemente convenciéndose de que estás en otra época en el mismo lugar. El libro es muy normalito, pero la idea me parece maravillosa. Aunque hubiera funcionado incluso mejor si le hubiera dado menos vueltas.

 

 

 


1 comentario:

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