miércoles, 26 de marzo de 2008

Los viajes de Kai Randor 2

 

     Viaje decimotercero

 

     El viaje decimotercero de las crónicas de Kai se considera muchas veces como su primer viaje, ya que es el comienzo de sus verdaderas aventuras. Otros consideran este viaje como segundo, diciendo que el primero fue en el que perdió a su tío, lo que le convirtió en un hombre. Yo por mi parte quiero contar todas las expediciones llevadas a cabo anteriormente por él, aunque coincido en que el momento en el que empieza su aventura es este viaje.

 

     Este viaje no se conoce muy bien, ya que fue hace mucho tiempo y la mayoría de las fuentes directas han muerto o desaparecido. Además por lo visto con los años la memoria de Kai se hizo más frágil y mezclaba algunas cosas.

 

      La nave en la que había trabajado Kai desde su infancia llegó a Corusant por fin. Salió de ella con la sensación de perder un hogar. Se despidió de su capitán y se fue con un par de compañeros a buscar un lugar en el que alojarse. Encontraron una posada barata en una zona de los bajos fondos. En la capital bajos fondos tenía un significado muy literal. Cuanto peor el barrio, menor la distancia que le separaba del suelo. No era buena zona, pero como eran varios no tuvieron problemas. Alguno de ellos además conocía la ciudad y no dejó que les timasen.

 

    Pasaron unos días y sus compañeros encontraron trabajo rápido en otras naves mercantes. De él en cambio no se fiaban, debido a que parecía demasiado joven. Siempre le decían que buscaban gente con experiencia. Preocupado porque el dinero que tenía no le mantendría mucho tiempo, seguía buscando sin éxito. Además cada vez le daba peor espina la gente que le rodeaba. En general no tenía problemas para conseguir información, pero la zona le resultaba muy hostil. Además las veces que había indagado por sectores superiores había tenido encontronazos con la guardia.

 

    Entonces por fin encontró algo prometedor. Ya se empezaba a manejar con la gente del planeta. Por lo visto algún pez gordo estaba contratando mercenarios no se sabía muy bien con qué fin. Debía ser algo gordo si se les convocaba a una de las plazas más altas de la ciudad. No tenía demasiada experiencia como tirador, pero sí que era un excelente piloto para su edad, así que tenía buenas sensaciones. Grande fue su decepción cuando llegó a la plaza y la vió a rebosar de gente. La cola daba una vuelta casi entera a la plaza.

 

     Después de esperar un buen rato vieron que los guardias comenzaron a desarmar a los primeros de la cola. A algunos parecía que se los llevaban arrestados. Kai tenía su permiso en vigor, pero no sabía si existía alguna restricción especial por zona o algo similar. Nervioso, sin saber que hacer esperó a que le llegase el turno. Pero mucho antes de que llegase su turno los guardias cortaron la cola e instaron a los demás a moverse. Se acercó a uno de los guardias que hablaba con un alien con máscara. No se fijó mucho en lo que decían. Cuando el guardia le prestó atención intento engañarle diciendo que tenía que pasar porque tenía una reserva. El guardia le preguntó que dónde estaba ese pase. A Kai no le gustó cómo miraban a guardia algunos de lo que estaban  a su alrededor. Murmuró una excusa y se excabulló.

 

     Parecía que ya no podía hacer otra cosa que no fuera marcharse, cuando hubo algo de revuelo y los guardias salieron corriendo. Aprovechando la ocasión, se dirigió tranquilamente al final de la cola. Parecía que ya estaba todo encaminado cuando se oyeron disparos. Kai se agachó instintibamente. La gente de la plaza salió corriendo. Algunos de la cola también. En el fondo de la plaza los guardias mantenían un tiroteo contra una figura entre las columnas. Parecía increíble, pero los guardias no podían con él.

 

    Después de un rato abatió a un guardia y salió corriendo hacia un deslizador. En ese momento el que estaba a su lado en la cola, que resultó ser el alien con máscara que había visto antes sacó una pistola. Kai al verlo buscó un lugar en el que cubrirse de fuego cruzado detrás de una tribuna. El alien sacó un rifle. No funcionó así que sacó una pistola. Comenzó a disparar. Se oyó a un guardia ser alcanzado. Por lo visto el malhechor al que perseguían los guardias tenía buena puntería. Kai se asomó y vió como el alien le acertaba al individuo que intentaba huir. Casi cayó de la plataforma pero se agarró. Se levantó y el alien siguió disparando. El que se enfrentaba a los guardias cayó al suelo. Kai vió que acertó a otro guardia. Sabiendose acorralado el caído sacó algo de su cinturón y lo lanzó.

Por la explosión que le siguió era una granada de las grandes.

 

   Cuando se levantó el humo de la plaza Kai se levantó, desorientado. En cuanto le vieron unos guardias le dieron el alto. Se acercó a ellos y dejó que le esposaran, todavía sin saber que pasaba. Le condujeron a él y a otros tres individuos al ascensor del palacio de gobierno. Uno de ellos era el alien de la máscara. Los otros dos eran humanos, uno con una capa negra con capucha que le tapaba hasta la cara y el otro un hombre algo mayor y un poco sucio, equipado con cosas extrañas como una red o una cuerda.

 

    Cuando llegaron al ascensor éste se abrió y salieron dos figuras escoltadas. Debía de ser gente importante. Uno era un hombre mayor, vestido con ropajes muy caros. Ordenó que los soltaran a todos. Se presentó como el canciller Valorum y a su acompañante como el Caballero Jedi Windu. Les dijo que les daba el trabajo a ellos por haber sido los únicos valientes que se habían quedado.

 

    Subieron a su despacho y les explicaron algo de su misión. Debían apresar al grupo de terroristas conocido como el Mayal que intentaban atentar contra él. Les explicaron los detalles de la misión. Había dos lugares que los terroristas podían querer manejar o podían intentar atentar contra el canciller durante su discurso del día siguiente. A Kai no le convencía del todo. Le parecía demasiado peligroso. Pero no tenía otras alternativas. Cuando preguntó por la paga el canciller les prometió 1000 créditos en principio y luego recompensas oficiales. Ante la promesa de dinero Kai accedió, aunque hubiera preferido algo por adelantado.

 

        A Kai le desconcertaba hablar con tan altas personalidades así que se sintió aliviado cuando fueron hacia el primero de sus destinos. Aunque al poco rato se dió cuenta de que tampoco se sentía muy cómodo con sus nuevos compañeros. Estaba el alien de la máscara, que parecía de fiar, aunque Kai nunca había visto esa raza antes. De todos modos su tío siempre le enseñó a no fiarse de la gente que lleva rifles y menos si los usa en público. Luego estaba el tipo de la capa negra. Ese daba un poco de miedo. Tenía un nombre muy extraño y no dejaba de mirar al Jedi mientras lo tuvo delante. Además hablaba de una forma muy cortante. No quería tener problemas con ese tipo. Por último estaba el cazador aquel con su red, que ni siquiera les había dicho su nombre. Además tenía pinta de mercenario.

 

    Se acercaban por fin a su primer destino, una torre de control climático. El alien se había convertido en el líder de facto del grupo al ser él quien se comunicaba con el canciller por comlog. Era la mejor elección posible, aún sin haber elegido. Por algún motivo y pese a llevar máscara infundía confianza. Dieron una vuelta alrededor de la torre y vieron un ventana abierta. Se dividieron en dos grupos. El cazador y el de negro por el ascensor, los otros dos por la ventana. La sala de la ventana estaba vacía, no había nada sospechoso en ella. Se reunieron en la sala de control de la zona de la plaza. La puerta estaba cerrada así que Kai se puso a desbloquearla. Se colocaron en posición y abrieron la puerta.

 

    En la sala había cuatro individuos. Tres programaban y un cuarto salía de la sala por la ventana a un aerocamión que estaba allí. Antes de que pudiese gritar "alto" sus tres compañeros ya habían disparado. Dos de los sospechosos habían muerto. Kai disparó al que trataba de huir por la ventana, pero usando el modo aturdidor. Acertó de lleno y el individuo quedó inconsciente. El que quedaba, herido, saltó al techo del camión. Kai corrió hacia el aerotaxi que les había traido, pero el modo manual estaba desactivado, así que no lle dio tiempo a perseguir al camión. Cuando volvió vió que sus compañeros habían atado al que se había desmayado y le interrogaban con poco éxito. Al cabo de un rato llegaron los guardias para llevárselo y el grupo se dirigió al siguiente objetivo.

 

     Se acercaban a la torre de control de tráfico de la parte de la plaza. En la plataforma de aterrizaje había una familia de Greedos y una lanzadera. La lanzadera era Corelliana, pero estaba modificada. De la lanzadera salieron dos individuos sospechosos que miraron a los alrededores. El tipo de negro se dió cuenta y disimuló haciendo de guía turístico. Los individuos se acercaron a la torre de control cuando sus compañeros comenzaron a dispararles. Kai se fue al aerotaxi y comenzó a programar el modo manual. El alien de la máscara de algún modo disparó a un motor del taxi, pero todavía podía volar. Uno de los sospechosos cayó muerto. El otro, herido, mató al padre de los Greedos que estaban por allí. El cazador dió buena cuenta de él. O quizá fue el otro. Mientras el de negro se subió al aerotaxi y le gritó a Kai que siguiese a la lanzadera. Despegó como pudo, pero su compañeró destrozó el otro motor.

 

    Pudo ser una situación peliaguda, pero Kai hizo gala de su habilidad y aterrizó sin problemas. El alien de la máscara les gritó que cogiesen el aerotaxi de los greedos. Estos estaban tan conmocionados que ni se enteraron. Tardaron poco en poner el control manual, pero la lanzadera se les había escapado. Se dirigieron a toda velocidad hacia la plaza, pues el discurso iba a comenzar de un momento a otro. Tuvieron la fortuna de ver a la lanzadera que se dirigía de nuevo al control de tráfico. Una vez más Kai impresionó a sus compañeros, esta vez con un giro de 180º realmente rápido.

 

    Vieron a dos figuras correr hacia el centro de control. El de negro le gritó que aterrizase. Kai dijo que iban demasiado rápido pero el otro insistió. Kai no pudo hacer lo imposible, y la nave rebotó, pero su compañeró saltó, y con una voltereta se puso de pie y desenfundó su vibroespada. Kai sintió que  era uno de esos momentos en la vida en la que faltan unos aplausos. EN el segundo intento Kai aterrizó y sus otros dos compañeros dispararon a los que se dirigían a la torre. El de negro, no contento con su espectacular aparición corrió hacia la lanzadera y saltó para introducirse cuando la rampa casi se había cerrado y pulsó el mecanismo de apertura. Mientras sus compañeros habían acabado con todos los enemigos a la vista. Los tres corrieron a introducirse en la lanzadera. Cuando ls cuatro estuvieron dentro se escondieron entre la carga y dejaron que la rampa se cerrase.

 

 

    Los tripulantes fueron a ver que ocurría, pero no fueron descubiertos. Pronto Kai sintió la sensación familiar del oxígeno presurizado y la gravedad artificial. Tal vez sus compañeros estuviesen desorientados, pero para él era casi como estar en casa. Al cabo de un tiempo la nave se detuvo y la rampa se abrió. Cuando los tripulantes salieron Kai abrió la escotilla y fue hacia la cabina del piloto. Grande fue su sorpresa al ver dónde estaban: en el interior de una nave interestelar.

 

    Después de discutirlo con sus compañeros, decidieron salir a explorar (con dos #%$%nes, dijo alguno). Salieron y se encontraron otra lanzadera, pero que tenía las insignias de la república y estaba sin modificar. Cuando se abrió todos se escondieron donde pudieron. De la nave salió un Yedi, que les instó a salir de sus escondrijos. Dijo que le enviaba el consejo para hacerse cargo de la situación. Juntos se dirigieron al interior de la nave, pero el Yedi se detuvo en seco antes de cruzar la puerta del hangar. Durante un instante se mantuvo inmóvil. Parecía como si escuchase o tal vez olfatease el ambiente. Después dijo algo sin sentido parecido a "el lado oscuro es poderoso aquí". Entonces se dirigió al grupo y les mandó esperar. Encendiendo su sable láser cruzó el umbral. Para Kai era algo casi mágico. No muchas personas habían visto algo así. Pero tenía la sensación de que no sería ni mucho menos la última vez que vería algo así.

 

     Se oyeron unos ruidos, algunos gritos, disparos de bláster y un zumbido característico. Entonces la puerta se abrió de nuevo. El camino estaba despejado. Bajaron por unas escaleras y vieron naves de transporte. Pero eran diferentes a las normales. Serían para transportar algo sin vida, como mercancía o... robots. El Yedi les encomendó la tarea de seguir avanzando mientras él les cubría las espaldas. Se introdujeron por las puertas que se abrian a su paso hasta llegar a una puerta cerrada. Entre Kai y el de negro, que tenía un nombre curioso, algo como Norrin Rad, abrieron la última puerta.

 

     Al abrirla vieron a un par de Durosh hablando con una figura encapuchada por el holoproyector. Al ver al grupo se rindieron, pero no sin antes terminar la comunicación. Kai fue a comprobar la ruta de la nave, pero no consiguió entender la codificación. Mientras, el de la máscara interrogaba a los prisioneros y Norrin iba a buscar al Yedi. Mientras intentaba averiguar algo escuchó al jefe Durosh decirle al que le interrogaba que él era ese al que buscaba. Kai se giró, intrigado. Por el rabillo del ojo vió al cazador, que se retorcía en el suelo. Mientras se preguntaba qué le habría podido ocurrir llegó el de negro con el Yedi. Éste gritó: "¡No lo toques!" y Kai vió al cazador incorporarse y coger algo que había en el holoproyector. Entonces una luz intensa lo llenó todo. No se podía ver nada.

 

    Cuando Kai pudo volver a ver le pareció que los ojos le engañaban. Parecía que tenía un aura alrededor. Todos sus compañeros la tenían. Blanca, casi transparente, muy tenue, pero allí estaba. Excepto la del Yedi que era verde y claramente visible. Además le tenía como paralizado. Kai observó que el espacio que les rodeaba parecía haber cambiado mágicamente. ¡Además los Duros habían desaparecido! Entonces un impacto que sacudió la nave los sacó de su ensueño. Por la ventana se veía que una nave gigantesca disparaba al transbordador en el que se encontraban. El de máscara, que siempre era el que antes reaccionaba cogió lo que fuera que estaba en el holoproyector y entre dos arrastraron al caballero paralizado.

 

    La nave no paraba de moverse y Kai sabía que no aguantaría mucho. El hangar estaba en llamas y los tanques destrozados. No les quedaba tiempo. Atravesaron las escaleras, pero se partieron antes de que todos pasasen. El alien se quedó aislado. El cazador le tiró su sinthecuerda, pero se perdió. Norrin lo intentó de nuevo, con más éxito. Cuando por fin llegaron al hangar vieron que faltaba la nave modificada y que la otra estaba en llamas. El alma se les cayó a los pies, pero en seguida vieron las cápsulas de desembarco. Quedaban justo dos, con capacidad para tres pasajeros. Kai y el de  la máscara entraron en una y en la otra entraron el cazador y Norrin llevando al Yedi consigo. Por un momento la cápsula pareció no reaccionar, pero Kai hizo nuevamente gala de sus habilidades y la capsula se soltó por fin.

 

    Se dirigían a un planeta del que no sabían nada.

 

  

 

viernes, 21 de marzo de 2008

Der Bus

 

 

    Salía yo de clase, a las 20:30, hastiado y cansado por la asignación que me hacía salir tan tarde, pero contento porque comenzaba la semana santa. Mientras decidía si  estaba más cansado que contento o viceversa esperaba al autobús. No tardó mucho en llegar. Me subí al autobús y piqué el billete. Iba a seguir hacia dentro del autobús cuando oí que el conductor decía "¿que tal macho?" o similar. Miré en derredor (que tal macho y derredor nunca antes habían aparecido en el mismo párrafo) y ví que se dirigía a mi, ya que el otro único ocupante del autobús era una mujer.

 

   Durante el medio segundo que tardé en reaccionar decidí que hacer. Pensé que era obvio que se dirigía a mí, y que las opciones eran o hacer que no le había escuchado o darme la vuelta y hablar con él. Guiado por una curiosidad impropia en mí, y por no querer ser descortés me dí la vuelta y respondí. "Bien, bien. Cansado, pero bien...". Durante el breve trayecto que realicé a bordo del autobús el conductor y yo tuvimos una charla intrascendente. Que si era tarde, que si estudiar era mejor o peor que trabajar, que si a esa hora no había nadie... de lo que se puede hablar con el conductor del autobús al que no conoces de nada.

 

   Por último se ofreció a dejarme cerca de la otra parada, aunque no pertenecía a ese autobús. Se lo agradecí y el conductor se despidió diciendo "bueno majo, un placer haberte conocido". Me despedí y me alejé pensando "así es como los mayores se hacen amigos de los conductores; se los encuentran un día que estan aburridos. Llegué a la parada con la certeza de que no reconocería a ese conductor cuando lo volviese a ver.

 

   Os parecera que os he contado una chorrada, pero es para demostraros que no soy tan callado en el fondo.

 

 

Out of the corner of your eye

 

 

    Can't you see it?

 

    It's always there, you almost can see it, a glimpse out of the corner of your eye.

 

    Can't you hear it?

 

    It's always with you, breathing in your neck. Turn around and it's breathing in your neck again.

 

    Can't you hear it?

 

     Wordless, laughing without sound. Waiting for the time to come. Like the delicate sound of thunder.

 

      Can't you smell it?

 

       No, you can't. If it would had an smell it would the the worst in this world.

 

     Can't you feel it?

 

     Always there, waiting for the eyes. Without it nothing would be. With it, nothing will be.

 

     With a heartless heart, waiting to take your breathe away, just a heartbeat away.

 

      What? Just a momentary lapse of reason.

 

       I'm glad uncounsciousness rules our lives.

 

       WAKE UP!

 

        You open your eyes and stand up. You walk to the window to open it. The sun is bright, the wind is fresh.

 

    So you smile. And cry. 

 

PD.- Please, don't worry

miércoles, 12 de marzo de 2008

Los viajes de Kai Randor I

 

 

     Mucho se ha hablado y escrito sobre los viajes estelares de Kai Randor, pero son muy pocos los que saben de sus orígenes. Cuentan historias sobre él. Pocos conocen la verdad. Mucho se ha especulado sobre ello, teorías sobre un linaje real, debido a su apellido propio de la nobleza, teorías diversas sobre cómo fue su infancia. Las teorías más fiables sitúan su infancia temprana en el mundo de Aleraan. Sus infancia fue muy tranquila en la granja de sus padres.

 

    Hasta que sus padres murieron. No se sabe en que circunstancias, pero Kai tendría unos 10 años. Entonces su tío se hizo cargo de él. Su tío trabajaba a bordo de un transbordador especial, que transportaba mercancías diversas entre planetas. De esta forma se acostumbró a viajar por el espacio y se convirtió en un auténtico spacer. La tripulación estaba compuesta por individuos de diversas razas, así que aprendió a hablar el spacer con soltura. Durante los viajes aprendió a manejar la tecnología de abordo. Pronto destacó por sus habilidades manuales. Empezó ayudando a los técnicos de la nave a realizar pequeñas chapuzas hasta que adquirió algunos conocimientos avanzados de tecnología. Se convirtió rápidamente en el encargado del mantenimiento de los droides, ya que era el que mejor comprendía el lenguaje de pitidos de los droides

 

    No eran infrecuentes los ataques de piratas del espacio, y Kai aprendió a utilizar los cañones de la nave como uno más. Cuando se hizo algo más mayor le enseñaron a pilotar a ratos el crucero e incluso llevar las naves de descenso a realizar los intercambios. Aprendió también a regatear y a preguntar para encontrar piezas de recambio en el mercado negro, el precio que podían a llegar a alcanzar las mercancías que ellos vendían y demás información valiosa. Aunque no tenía un carisma arrollador, sí que tenía cierto talento para estos menesteres. Pronto aprendió a hablar Huttesse, que es el lenguaje que los traficantes ilegales manejan en el borde exterior. Gracias a esta habilidad se acabó encargando de las transferencias en Nar Shadda, que era el planeta donde la nave tenía su centro de operaciones. Kai y su tío tenían una casa allí, pero se podría decir que en realidad vivían en la nave estelar.

    

   La adolescencia fue un buen periodo para nuestro protagonista, pero acabó de pronto el día en que se hizo mayor de edad, cuando cumplió 16 años. Iban a entregar un encargo en el planeta de Tatuín. Al planeta bajaron la mayoría de la tripulación, Kai y su tío incluidos. Kai llevaba su atuendo habitual, con la capa para temperaturas elevadas, el cinturón de herramientas que iba siempre con él y las gafas de soldar en la cabeza. Por supuesto llevaba el blaster que le habían enseñado a usar para defenderse. De pronto unos asaltantes saltaron sobre ellos. Eran muchos y bien armados y organizados. Kai utilizó su blaster por primera vez, friendo a varios de aquellos ladrones. Pese a encontrarse en inferioridad numérica, la tripulación era veterana en su mayoría y repelieron el ataque, aunque a duras penas. Muchos perecieron y perdieron a los androides y parte de las mercancías. El tío de Kai murió durante el asalto. Además a los gobernantes del lugar no les hizo mucha gracia que las mercancías llegaran en mal estado.

 

    Durante un año lo que quedaba de la tripulación intento salir adelante, pero cada vez les iba peor y tenían menos encargos. Habían perdido a muchos tripulantes, a los droides y mucho dinero y no se podía contratar a más personal ni comprar droides nuevos. Así que el capitán y dueño de la nave, que era un Ithorian con malas pulgas, pero que para Kai era casi un padre, decidió ir a la capital de la república para vender la nave y retirarse. Algunos, entre ellos Kai, le acompañaron en busca de nuevas oportunidades.

 

   Y así es como comienza esta historia.

domingo, 2 de marzo de 2008

Ecooo

Ecoooooooo
eecoooooo
Sólo probaba, gracias.
No os preocupeís, volveré. Es sólo que el estilo del blogger me puede.
When I'm back we're gonna walk through the park every day

Nested resolutions

 Pues yo iba a escribir este post para febrero, pero mira. Lo de siempre. Bueno, no nos entretengamos en esto, ya se sabe que podría escribi...