El Caos lo invade todo. Se aprovecha de cualquier debilidad. Del más mínimo atisbo de pereza, de cualquier vacilación en la disciplina del Orden.
El Caos se ha aprovechado de nuestra debilidad, de la falta de recursos para campar a sus anchas. El Caos lo está corrompiendo todo. Si no lo impedimos nos acabará echando, tendremos que huir. Pero no hay escapatoria posible, pues el Caos se origina en nosotros. Sólo el celo y la diligencia pueden mantenerlo a raya.
Afortunadamente todavía hay esperanza, no nos hemos rendido. Tenemos la obligación de proteger a nuestros hijos, de proporcionarles un hogar, pero también de educarles y enseñarles que el Caos es un enemigo contra el que hay que estar siempre alerta. Pero no nos engañamos, sabemos que la victoria total es imposible. Aunque acabemos con el Caos hasta en el último resquicio, aunque el Orden impere completamente, el Caos volverá.
Pese a todo, lucharemos, lucharemos hasta el final. Afortunadamente tenemos la resolución de seguir luchando. Además, hemos observado muy de cerca el Caos y hemos descubierto algunos patrones y algunas debilidades. Hemos caracterizado el Caos y hasta le hemos asignado nombres.
Nurgle pudre y contamina todo, busca extender la peste. Slaanesh corromper todo lo que debía ser inmaculado. Khorne. Tzeench, siempre cambiante y padre de horrores. Y la gran rata cornuda expande el Caos desde todos los escondrijos.
El Caos normalmente tiene sitios de poder, donde su dominio permanece indisputado por largos periodos de tiempo. A veces se crean ambiciosas actuaciones con el objetivo de imponer el Orden, pero normalmente no hacen más que arañar la superficie o no consiguen mantener el Orden más que temporalmente.
Después están los amplificadores. Estos sitios son aquellos desde dónde se expande el Caos a mayor velocidad. Son regiones en las que el Caos puede ser barrido dedicado suficientes medios con relativa facilidad, pero que son tendentes a atraer el Caos en cuanto aparece la más mínima vacilación en la disciplina del Orden. En cuanto esto ocurre, el Caos se expande desde ellos a una velocidad pasmosa.
Tales son los elementos principales del reino del Caos.
La lucha ya se ha reanudado. Hemos identificado la mayoría de sitios de poder y sitios amplificadores. Nuestro plan es avanzar poco a poco. Empezando por los sitios amplificadores, para limpiarlos y mantenerlos para asegurarse de que no recaen. Por supuesto en cuanto mostramos la más mínima debilidad el Caos volverá. Somos conscientes y asumimos cierta tasa de recaídas. Pero ante ello aplicaremos la disciplina y el Orden. Intervendremos regularmente, pero también en cuanto detectemos un indicio, buscando un estado de vigilancia permanente.
Poco a poco controlaremos más de estos sitios y podremos permitirnos grandes expediciones a los sitios de poder. Intentaremos mantenerlos a salvo del Caos de una forma similar, pero no sabemos si tendremos fuerzas suficientes. Esperamos que en estos sitios la expansión del Caos sea más lenta, pero de esto no podemos estar seguro, pues nunca hemos obtenido victorias suficientes en estos sitios de poder.
Tenemos una estrategia y armas nuevas, especialmente efectivas contra Nurgle y Slaanesh. Tenemos el ánimo y el coraje. Lucharemos, aunque nuestras fuerzas flaqueen. Nuestro primer objetivo será ordenar los armarios de la casa. Más adelante tal vez la terraza. Será una lucha eterna, pero confiamos en que consigamos arrinconar al Caos y establecer el imperio del Orden.
Audaques fortuna iubat!
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