Tenía un par de posts en borrador para este mes, pero ahora ya no sé si tienen sentido. Cualquier cosa ahora parece banal, superflua, infantil.
Y sin embargo, sé que las publicaré, lo mismo mañana. Porque la vida sigue, hasta que quizá un día no lo haga. Pero no podemos hacer otra cosa que seguir hacia delante. Porque de momento todo sigue igual. La vida sigue, tan sólo que el miedo estará más a flor de piel. No hay nada que podamos hacer, nada que se vaya a hacer. La impotencia y el miedo se mezclan en una amalgama paralizadora.
Nos aferraremos al día a día, pues creo que lo único que hemos aprendido en 2020 es que la vida puede cambiar en un momento. Pero seguimos sin darnos cuenta de que hay cosas que damos por sentadas que no son para nada seguras.
¿Es este el principio del fin? ¿Estoy exagerando? Siempre exagero, lo sé, pero desde luego por parecer, parece que algo va a cambiar, que va a haber cosas que van a ir a peor. No se sabe, y soy muy catastrofista. Pero diría que la torre de marfil de occidente se está resquebrajando.
Me preguntó que hará la gente del reloj de medianoche. ¿Irán ya por las últimas décimas de segundo? Lo mismo han sido más catastrofistas que yo todavía y se han quedado casi sin margen, lo mismo tienen que meterse en las centésimas. Veamos... por lo visto lo han dejado en "100 seconds to midnight". Bueno, me da que pronto se acercará más.
¿Volveremos a la paranoia nuclear de mediados del siglo XX? ¿Hasta dónde vamos a llegar? Entre esto y el cambio climático normal que los supermagnates quieran huir del planeta.
El otro día escuche una entrevista con un Nobel de la Paz que trabaja para que desaparezcan las armas nucleares. Decía que con que explotasen unas cuantas al otro lado del globo sería suficiente como para cambiar el clima lo suficiente como para acabar con la civilización. Ahí lo dejo.
PD. Qué malo es el videoclip de "Two minutes to midnight".